La mejor manera de aprender es equivocándote. Esta es una valiosa lista de fallos que tú puedes evitar para mejorar enormemente tu próximo vídeo.
Nadie nace sabiendo cómo hacer un vídeo; sin embargo, somos la generación que más vídeos consume, por lo que tenemos un gran nivel de comprensión del lenguaje audiovisual. Nuestra audiencia es exigente y analiza cada fotograma con lupa, así que ten por seguro que si hay un error, lo encontrarán.
Estos son algunos de los principales errores en los que todos hemos caído al comenzar a hacer vídeos para empresas. Te serán de gran ayuda tanto si piensas hacer tus propias producciones como si vas a contar con una productora de vídeo o agencia de video marketing. Esto aplica tanto para la producción de un videoclip musical como para un fashion film para una gran marca de moda.
Falta de planificación.
Ni el más insignificante de los vídeos puede empezar sin una mínima planificación. Antes de coger la cámara es necesario conocer:
- Qué queremos comunicar,
- Qué planos vamos a necesitar,
- Qué equipo técnico será necesario para grabar el vídeo y el audio,
- Dónde se grabará, quiénes intervendrán, qué cosas vamos a necesitar en el rodaje...
- Y por supuesto, cómo podemos darle una vuelta para que el vídeo sea entretenido.
Tener una idea clara de cómo debe ser el vídeo antes de empezar será una garantía del resultado; además, nos permite hacer tantos cambios como queramos sobre el papel, lo que nos ahorrará dinero, tiempo y dolores de cabeza. Cuanto más trabajada esté la pre-producción, más relajado será todo el proceso y con seguridad, el resultado será mejor. Eso sí, deja un poco de espacio a la improvisación y no te agobies si no se cumplen todos tus planes; es normal que esto pase, mejor mantente flexible y abierto a captar cualquier inspiración, a veces las mejores cosas suceden sin que puedas controlarlo ni predecirlo.
No tener claros los objetivos y mensajes.
¿Ningún comunicador empezaría a hablar sin saber lo que va a decir, verdad? Pues con un vídeo tiene mucho más sentido tener claro qué queremos lograr y cuál será el mensaje con el que se ha de quedar el receptor.
Tampoco tiene sentido hacer un vídeo por hacerlo. El vídeo es muy útil para ciertas cosas como mostrar las instalaciones de una empresa, presentar al mundo una novedad, enseñar las bondades o cómo usar un producto, presentar un servicio, mostrar al mundo lo bien que fue el último evento, enseñar el stand y productos presentados en una feria... todo vídeo ha de tener una razón de ser, una intención y los mensajes han de secuenciarse para lograr los objetivos de marketing. De alguna forma, cada fotograma es una palabra que ha de construir un mensaje.
No incluir personas.
Es comprensible y normal que los empleados no quieran salir en los vídeos de empresas; además, no todo el mundo queda bien en cámara, lo que se puede aplicar incluso al CEO. Sin embargo, cuando no se incluyen personas, desciende mucho el interés. Como nos gusta decir, el storytelling es el pegamento que todo lo une y una historia sin un protagonista no es una historia.
Cuando vamos a grabar procuramos localizar a quienes tienen menos problemas en ponerse delante de las cámaras y seleccionamos a aquellos que quedan mejor en los planos. También intentamos grabar por la espalda a quienes no quieren salir y además les hago saber que tendré especial cuidado en no mostrar su cara. Rara vez alguien se ha negado a salir; es más, alguno se ha venido arriba y ha pasado de figurante a protagonista del vídeo. La cámara asusta de primeras, pero si sabes crear el escenario y clima adecuado, puede tener un gran poder seductor. Esto cobra especial valor en los vídeos de las campañas con influencers.
Escoger mal la música
En nuestros vídeos ponemos especial atención en el audio, pues el sonido es el 50% del vídeo. La música, más allá de que sea una canción que guste al director de marketing o al CEO, debe estar alineada con el tono de la marca y debe servir para transportar y ensalzar el mensaje del vídeo. No tiene nada que ver con los gustos musicales, y en muchas ocasiones se tarda más en seleccionar la banda sonora ideal que en grabar, porque el audio es parte del mensaje. Escoger los sonidos es como elegir las palabras de un discurso.
También es muy importante la calidad del audio, sobre todo si hay una voz en off. Nunca, nunca, nunca menosprecies este punto. Una voz mal grabada tumbará la mejor producción.
No aportar valor (mirarse demasiado el ombligo).
Aunque parezca una locura, el vídeo no debe gustar al equipo que forma la empresa, sino a sus destinatarios. A la hora de hacer un vídeo, debemos tener en mente en todo momento a quién va destinado y procurar que aporte el suficiente valor para que al espectador le valga la pena dedicar el tiempo que dura. El ego es un mal consejero en marketing y comunicación.
Nadie va a querer ver algo si le parece que ya lo ha visto antes. Con lo que además de ser interesante, debe ser entretenido y original. ¿Fácil verdad? Ya sé que no, pero te ayudará mucho si dedicas tiempo a preparar el guión como ya hemos dicho en el primer punto.
Demasiado largo.
Piensa en la duración que debe tener tu vídeo, pártelo en tres y quédate solo con una parte. No hay excusas, tu vídeo debe ser lo más corto posible; para ello, evita repeticiones y mensajes innecesarios. Además, procura darle ritmo para que todo fluya, pero cuidado, no te pases de velocidad. Si vas a meter un texto, hay una regla de oro que dice que al receptor le tiene que dar tiempo a leerlo dos veces.
A veces duele quitar escenas que han costado mucho trabajo (o dinero) de producir, incluso que son muy bonitas, o simplemente nos han pedido que sí o sí tienen que salir esto o lo otro. Pues bien, este es el momento de ponerle valor y apostar por no hacer caso a estas "obligaciones". Lo sé, esto es muy hardcore, pero no olvidemos que nosotros tenemos la responsabilidad de los resultados y a quien le debe gustar es al destinatario. Como ya hemos dicho, olvida el ego, solo ten en mente el mensaje y sus destinatarios: si no aporta nada, quítalo, y ve preparando los argumentos para explicárselo a tu cliente o a tu jefe. Con suerte, si el vídeo es muy bueno, ni se dará cuenta.
Falta de calidad.
Para que un vídeo sea viral no hace falta que esté bien grabado ni que se escuche bien, pero ojo, para un vídeo que será la tarjeta de presentación de la marca es vital que tenga una gran calidad de imagen y sonido.
Grabar un vídeo con un móvil en una feria puede parecer una buena idea, pero no lo es; más bien es una chapuza. Una cámara moviéndose sin parar, gente con malas caras, señoras con mil bolsas que le han regalado, de fondo, un murmullo de gente muy molesto... ¿De verdad esa es la imagen que la marca quiere proyectar?
Puedes grabar vídeos muy buenos con un móvil, pero si quieres posicionarte como una empresa referente en tu sector, haz las cosas mejor que bien, pues todas estas chapuzas acaban dañando seriamente tu branding. Si quieres proyectar calidad, no descuides el vídeo, pues no es que la gente lo intuya, es que les quedará claro que no puedes ser la mejor opción si no muestras una gran exigencia en todas las piezas de comunicación.
Falta de continuidad.
¿Te imaginas a una empresa que publique una foto cada tres años? Hoy en día lo tenemos fácil, pues la gente quiere ver vídeos cortos, con lo que ya no tiene sentido hacer un super vídeo y esperar a que se quede antiguo para hacer otro. Sin duda, la audiencia agradecerá que trocees los contenidos, los hagas más digeribles y logres así hacer un serial de vídeos los cuales, si están bien alineados, pueden ayudarte enormemente a definir y fortalecer el carisma de tu marca. Para ello, es importante mantener un hilo conductor que una todas las piezas, y que cada una de ellas tenga sentido y aporte valor por separado.
Las marcas más fuertes definen previamente su personalidad y mensajes para lograr que su discurso sea siempre coherente y se mantenga sólido en cualquiera de las piezas, durante muchos años. El máximo objetivo de una marca que hace video marketing es que puedas reconocer sus contenidos incluso antes de que aparezca el logo. Piensa en los spots publicitarios de BMW, Ikea, Coca-cola y hasta Campofrío; todos son fácilmente reconocibles porque tienen una personalidad propia. Eso es un branding bien hecho, y se logra manteniendo sólida una estrategia visual, vídeo tras vídeo.
“La perfección es una pulida colección de errores." Mario Benedetti
Ahora que ya sabes en qué trampas no has de caer, no tengas miedo y tírate a la piscina. Con todos los vídeos que has visto este último año, ya debes tener un máster; solo hace falta sentarse, planificar y crear el vídeo que a ti, como cliente, te gustaría ver.
Tal vez también te interese conocer todas las preguntas necesarias para obtener un presupuesto para una producción de vídeo, lo cual te ayudará a optimizar tu inversión de video marketing.
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